miércoles, marzo 17, 2010

TESTIMONIOS RETIRO Nº 66

66 retiro cpcr –hombres- (11-14 marzo 2010)


- Es mi segunda participación a los Ejercicios Espirituales. El tema de la Vida eterna me ha llegado fuerte: las cosas visibles pasan estamos en el umbral de la eternidad. ¿Qué estoy haciendo con mi libertad? Gal 5 me ha interpelado: frutos de la carne y frutos del Espíritu, tan solo estos últimos llevan a la Vida eterna. Por lo tanto he de buscar nuevas estrategias para acrecentarlos en mi vida, sobre todo en mis relaciones con los amigos. He de ponerme en un plano más espiritual en mis conversaciones.

- El método seguido me ha extrañado al principio, luego me ha encantado. Entendí la importancia de la escucha y del acompañamiento espiritual. ¡Que otros puedan descubrir y hacer esta experiencia! Me refiero ahora a Lc 14, me digo y os digo vayamos a las encrucijadas de los caminos, vayamos por doquier, vayamos a buscar a los que nos eran los invitados primero, cuidémosles por amor, y empecemos por demostrar ese amor a cuantos nos están cercanos.

- Por mi parte, quiero subrayar la disponibilidad de los Hnos y de los Padres. Y también el redescubrimiento del Sacramento de la Reconciliación después de muchos años. Hasta ahora me bastaba dirigirme directamente a Dios. Aquí he reencontrado el gusto de pasar por el sacerdote.

- El programa resultó denso. Luego, la disciplina, el método, la lógica del desarrollo de la experiencia, todo ello me ha facilitado la comprensión, el análisis de mi vida y una mirada más clara hacia mi futuro. No me había encontrado en un ambiente parecido desde mis años en el escutismo.

- Con ese marco y esa atención hacia uno, imposible que estuviera distraído. Marcho, pero con el deseo de volver cuanto antes.

- La acogida, desde el primer contacto hasta este mismo momento es una gran lección. ¿Acaso, nosotros Congoleños, no hemos perdido esa manera de comportarnos? La pregunta “¿qué es el hombre?” Y su aplicación a mí mismo centró mi atención. No soy tan solo materia, he de encontrarme bien en mi casa, es decir en mi alma, servir a los demás, extender la civilización del amor, cooperar en ello como congoleño. Debo y quiero esforzarme para ser artífice de unidad, de perdón en mi familia y en mi lugar de trabajo.

- El silencio de esta casa me ha hecho constatar que Dios habla. El Sacramento de la Reconciliación me ha sacado de un sentimiento de culpa y me ha hecho encontrar estrategias para evitar el mal.

- Ante Dios que ya conoce nuestras necesidades, nuestros deseos, conviene callarse para entenderLe, escucharLe. Me ha maravillado la coherencia de los textos bíblicos que nos han sido propuestos. Lo que más importa es el amor de Dios y compartirlo con la familia y todos los demás.

- La calurosa acogida aun para mí que no soy católico, contemplar a partir de la Escritura y ese Salmo 8 en el que desde el comienzo se me insistía, y me hacía comprobar que Dios se interesa por mí, son los puntos sobresalientes de este retiro. Gracias de todo corazón a los que me han invitado.

- La materia bíblica se me ha hecho menos complicada, y entiendo mejor como encontrar el camino del Dios Eterno. ‘Todo lo mío es tuyo’ es decir todo lo de Dios es nuestro. Entonces amar a Dios y amar al prójimo es todo.

- He descubierto el amor de Dios hacia mí y lo quiero transmitir en mi entorno.


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