domingo, enero 10, 2010

Testimonio del P. Marc Passas


El P. Marc Passas, con quien tuve la alegría de ser ordenado sacerdote, me ha autorizado a publicar en mi blog el testimonio que escribió para la revista "Valor" (de los Cooperadores Parroquiales de Argentina). La traducción del original francés es mía y ha sido corregida por el mismo Marc. Ah, me olvidaba: yo soy el de la izquierda, y Marc el de la derecha.

A continuación el testimonio de Marc (que gustará especialmente a los artistas):

Una idea en la cabeza

En las esferas misteriosas de la creación artística, lápiz en mano, pincel en la oreja, una flor en la boca y un poco de pintura en la nariz, yo llevaba una vida de artista en la universidad. Mis profesores me decían que Dios estaba muerto y que el hombre estaba solo en un universo sin Dios. Yo tenía mi flor en la boca, me gustaba el dibujo, la pintura y ciertos descubrimientos del arte moderno. Los discursos de los pensadores del arte contemporaneo eran complicados y desembocaban en un idea, una sola idea, la única que era un poco menos confusa en mi cabeza, una idea como una mecha encedida que reluce todavía: Dios existe. Pero después, ¿qué hacer con esto?


Jesús en el armario

Unos años antes, después de haber abrazado el crucifijo que había encima de mi cama, guardé a Jesús y a su Iglesia en el armario. Después de un sermon en el funeral de mi abuela materna (sermón a mi parecer muy ‘horizontal’), con mi bautismo y mi primera comunión en el bolsillo, tomé esta decisión : « No comprendo nada, todas esas palabras están vacías. No puedo seguir quedándome ante Ti. Ya veremos más tarde. Y el tiempo pasó conduciéndome a a la decepción y a la tristeza.


En el segundo año de universidad encontré a dos estudiantes cuyo discurso parecía más claro que el de los profesores. Me invitaron a un curso nocturno extra-universitario. Se proponía una historia del pensamiento humano en torno al problema del conocimiento, problema muy controvertido en mi facultad. Esto me interesaba mucho. Comprendí que el hombre tenía una inteligencia hecha para conocer el mundo en el cual vive, y hecha para conocerse a sí mismo y conocer a Dios.


Mi sentido crítico se construía enraizándose en un pensamiento realista y objetivo. Comprendía también que Dios llamaba al hombre a vivir con El en el amor y para la felicidad eterna. Lo comprendía, pero no lo vivía. Cuando pensaba haber guardado a Jesús en el armario, resultaba que era yo el que me había encerrado. Pero El me hizo salir de allí y me acogió en su Iglesia.


Jesús en el corazón.

El despertar fue feliz y al mismo tiempo doloroso. Escogí obtener mis diplomas sin adherir para nada a su contenido; mientras tanto seguía inspeccionando más a fondo esa tierra nueva abierta al Cielo dando sólidos preámbulos a mi fe. Por la fe en Jesús el Cristo, entré en una relación viva con el Dios vivo –Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo- en la oración y en la vida sacramental. Tenía que redescubrir las palabras del ‘Padrenuestro’ y del ‘Ave María’. Mi gusto por la fiesta se apagaba y mi sed de absoluto y de Verdad aumentaban.


Conocí a las Hermanas Cooperatrices Parroquiales de Cristo Rey cuando visitaron la asociación que daba esos cursos. Ellas buscaban un complemento para su formación filosófica y querían conocer sobre el terreno su contenido, y no dejaron de hablarnos de los retiros cpcr.


Cuando se presentó la ocasión fui a Nazareth (Chabeuil) para hacer un retiro de cinco días. Entraba en la larga sucesión de los que han encontrado a Cristo resucitado gracias a la obra del Padre Vallet. ‘Adicto’ a Jesús, ‘reincidía’ un año más tarde.


Durante el verano de ese mismo año, el autor del curso (maestro y amigo mío) me preguntó durante un aperitivo:

- “¿Ya has pensado ser sacerdote?”

- “Este ... no. ¿Pero por qué no?... lo que pasa es que me siento incapaz”.

- “Tonto, serías un buen sacerdote”.

- “¿Ah sí?”


Al día siguiente me confesó no haber dormido bien. En cambio yo le aseguré haber descansado muy bien. Aunque estaba lejos de tomar una decisión, los días sucesivos hasta el siguiente retiro no fueron tan tranquilos. Un combate espiritual empezaba: un hermoso combate bien encarnado, de un metro sesenta y ocho, con pelo y ojos negros... Por otra parte, en el plano profesional se abrían caminos apasionantes en la enseñanza y en la fotografía.


En la tercera tanda, la elección que hice por primera vez fue decisiva. Entré en el seminario en Paray-Le-Monial, ciudad del Sagrado Corazón, en el mismo año 2000; ignoraba todavía qué forma tomaría mi vocación, dividido como estaba entre el deseo de entrar con los Cooperadores Parroquiales de Cristo Rey o en otro lugar querido por el Señor. Durante el tercer año de seminario, al final del primer ciclo, el Señor me dio su luz y vi claramente que me llamaba a ser Cooperador. El obispo de mi diócesis (Saint Etienne) me dejó ir.


Entré en el postulantado en octubre de 2003. Empecé el noviciado en abril de 2004. A continuación, después de los votos temporales hice los votos perpetuos el 17 de abril de 2009. Dos días después fui ordenado diácono. Mientras tanto, he obtenido mi diploma en teología en el « Studium » del Instituto Notre Dame de Vie, de espiritualidad carmelita.


En el Corazón de Jesús y Jesús en las manos.

El 22 de noviembre, Solemnidad de Cristo Rey, habré recibido la ordenación sacerdotal para ser servidor y cooperador del Obispo en la construcción del Cuerpo de Cristo, asegurando la triple misión de enseñar, santificar y gobernar el pueblo de Dios –evidentemente desde el carisma propio recibido del Señor a través del Padre Vallet.


Es una alegría ser llamado por Cristo y dar la propia vida por la Iglesia para que el mundo crea, porque No hay amor más grande que dar la vida por los amigos”. (Jn 15, 13). He ahí lo que tengo que vivir con la ayuda de la gracia del Señor y de vuestra oración y amistad.


¡Viva Cristo Rey ! ¡Viva María!


P. Marc Passas, cpcr


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3 Comments:

At 1/13/2010 08:50:00 p. m., Anonymous Cecilia said...

Hola Francisco, me pareció interesante lo escrito por el P. Marc Passas, no creo que tengan una versión digital de la revista en cuestión, pero ¿sabés dónde puedo conseguirla?
Muchas gracias!

 
At 1/20/2010 10:17:00 p. m., Blogger Francesc Xavier Sanuy said...

Efectivamente, no hay versión digital de la revista Valor. Si me escribes a mi e-mail te daré el e-mail del director de la revista y le puedes preguntar.

 
At 2/01/2010 04:01:00 p. m., Blogger Sergio said...

Muchas gracias por compartir, el testimonio del padre Marc.

Dios os bendiga!

 

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