miércoles, mayo 26, 2010

TESTIMONIOS RETIRO Nº 69


Testimonios del retiro nº 69 (20-23 mayo)

· En este retiro he encontrado la gracia del valor de perseverar en la oración. En este lugar he descubierto verdaderamente la presencia de Jesús, fuente de las palabras de vida.

· Aquí he encontrado fuerzas para profundizar mi conocimiento de Jesús y seguir en comunión con él en mi vida corriente.

· Estoy muy satisfecho, sobre todo por la reconciliación vivida con Dios. Siento una enorme alegría en mi corazón. Rezo para que el Señor me ayude a vivir en casa todos los frutos de este retiro.

· El Señor me ha hablado en las meditaciones personales y me ha dado la fuerza de ser testigo en mi vida diaria.

· Vine aquí para huir del ruido de mi barrio. Lo que me más me ha gusta y ayudado ha sido descubrir mi vocación: ser servidor de Dios y testigo de su amor allí donde vivo.

· Esta experiencia me ha permitido revisar todo mi pasado, y las enseñanzas me han dado la fuerza para empezar de nuevo.

· Me han impactado las enseñanzas sobre la consolación y la desolación. He aprendido que durante la consolación hay que ser humilde y que en la desolación hay que conservar la confianza en Dios evitando la tibieza y la desesperación.

· He encontrado lo que buscaba: hacer las paces con Dios. La meditación de la pasión me ha enseñado que si uno cae en la vida hay que tener valor, como Jesús, y hay que apoyarse en él para seguir avanzando. Siento el deber de hacer las paces con los otros.

· Para mí la oración no tenía nada de especial. No sabía rezar bien pero aquí he aprendido a hacerlo.

· El retiro me ha interpelado y me ha enseñado a empezar mi conversión a partir de las cosas pequeñas.

· Hace dos años hice mi último retiro y necesitaba rehacer mi vida espiritual. He sido totalmente liberado con el sacramento de la reconciliación. Doy gracias a Dios por el don recibido.


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martes, mayo 18, 2010

TESTIMONIOS RETIRO Nº 5 (MUJERES)


5º retiro cpcr –esposas- (06-09 mayo de 2010)

• Agradezco al Señor esta oportunidad, es para mí una gracia porque vine aquí con muchos problemas.

• Llegué aquí llorando y vuelvo con alegría. Siento que el Espíritu Santo está en mí.

• Los grandes frutos recibidos en este retiro son la alegría y la calma. Espero llevar esta riqueza a mi familia.

• Hay dos puntos importantes que han llamado mi atención: he visto la realidad de todo lo que pensaba en mí en relación con mis intenciones de oración, y la disponibilidad de estos padres y hermanos me sirve de ejemplo para mi vida.

• El gran fruto de este retiro es el Amor. He encontrado en el Hno. Max un ejemplo de servicio. Que Dios bendiga esta comunidad.

• En este retiro el silencio me ha impactado mucho. Además también el amor que he encontrado en esta comunidad.

• Tenía muchas dificultades. En este retiro Dios me ha dado más de lo que yo esperaba. El gran fruto recibido es la alegría: la alegría que vivía durante la misa ha sido una gracia pues sentía a los ángeles junto a mí cantando y danzando. Siento la vocación de servir a Dios hasta mi muerte.

• Es mi segundo retiro. Vine aquí porque mi marido así lo deseaba, pero he recibido un gran alivio a pesar de mis heridas interiores.

• Me sorprende que mi marido me haya permitido venir a este retiro, ¡él que siempre quiere que esté a su lado! Dios ha hecho en mí muchas cosas. Gracias.

• El silencio me ha impactado. Viniendo aquí tenía muchos malestares, no me sentía bien. Llegando aquí todo terminó y me siento liberada. El hecho de que me mantenga en pie es una gracia.

• Es mi segundo retiro. El fruto principal: la oración. Pido a los religiosos de esta comunidad que recen por nosotras par que las resoluciones tomadas sean fructíferas para nuestras familias.

• Le agradezco al Señor que haya aumentado mi fe, que haya respondido a mis preocupaciones y que me haya dado la paz.

• El gran fruto de este retiro: saber acoger las dificultades de la vida con alegría.

• Vuelvo con más de lo que esperaba. He encontrado la paz interior. Bendito sea Dios.

• El Amor de Dios supera mis desolaciones y pruebas. He sacado provecho de cada meditación. He comprendido que mi vida es una preparación para acoger el Amor de Dios. He profundizado mi vida espiritual.

• Vine con grandes heridas interiores a causa del asesinato de mi hijo. Las primeras meditaciones no me sirvieron para nada. Es en la oración y en el acompañamiento espiritual que he encontrado la calma y la paz. Que Dios os bendiga por todo lo que hacéis por nosotras.

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