¿FRACASADO O TRIUNFADOR?La puerta de la azotea se abrió a medianoche. Luís se acercó hasta la barandilla de protección y miró hacia abajo: 50 metros. Sintió vértigo, pero esta vez estaba decidido a triunfar. Sin detenerse a pensar reunió el valor que le quedaba y tomando impulso se lanzó al vacío.
En fracciones de segundo recordó su vida a cámara rápida:
40 metros: “Papá me echó de casa… soy un hijo fracasado”.
30 metros: “Mi mujer me dejó por otro… soy un esposo fracasado”.
20 metros: “Mis hijos no quieren verme… soy un padre fracasado”.
10 metros: “Me quedé sin trabajo y sin casa… soy un ciudadano fracasado”.
0 metros: “He caído sobre un montón de neumáticos… soy un suicida fracasado”.
……..Riiiiiiing…….. Riiiiiiiing……
Luís se despertó sobresaltado y apagó el despertador. No sentía las piernas. Dormir en la calle en pleno invierno no era lo mejor, pero los borrachos como él no respetaban los horarios de los refugios para mendigos.
- ¡Vaya mierda! –pensó Luís enfadado- ¡no puedo triunfar ni en sueños!
- En fin –dijo suspirando con resignación-, más vale vivir que soñar.
Levantándose cansinamente tomó la botella de vino y bebió un largo trago; después empezó a empujar su carrito hacia el basurero más cercano. Lleno de esperanza se dijo a sí mismo:
- ¡Hoy triunfaré!¡Con la ayuda de Dios hoy recogeré el doble de cartones!
Y avanzando con decisión se perdió entre el humo y las inmundicias.
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