CONVIENE DETENERSE…El otro día el Hno. Mateo iba en coche por la ciudad y justo en ese momento pasaba el cortejo del primer ministro (Antoine Gizenga); como no se detuvo los militares lo detuvieron, lo encañonaron y lo hicieron retroceder. Sólo fue eso. Pero un familiar de un miembro de nuestra comunidad se encontró en una situación parecida (en ese caso era el cortejo de un general): los militares lo detuvieron, lo sacaron del coche, le golpearon duramente y se lo llevaron a la prisión de la policía secreta (de la que no es fácil salir). Le acusaban de tramar un atentado. Por suerte, uno de los policías que trabajaba allí le conocía bien e impidió que lo siguieran maltratando con métodos contundentes de interrogatorio. Finalmente pudo salir e incluso el general vino a disculparse… pero tuvo mucha, mucha, mucha suerte. Todavía siente dolores en el pecho, pero no parece que haya nada grave.
Esta situación nos ayuda a comprender el ambiente de desconfianza y sospecha que reina entre las autoridades… siempre temerosas de atentados y golpes de estado. Así que, si vienen a Kinshasa no se despisten y hagan lo que hace todo el mundo, así vivirán más tiempo, pues por aquí los militares suelen disparar y después preguntan.
Última hora: en estos días corre el rumor de que ha habido un atentado contra el presidente Joseph Kabila. ¿Será verdad? Quizá no, pero si es verdad no sería algo sorprendente vistas las tensiones subterráneas que estamos viviendo.
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