¿CAÑA O PESCADO?

El sábado pasado nos invitaron a visitar un dispensario; pero en realidad la visita fue una “trampa”. Habían reunido a todas las viudas y pobres del barrio que son atendidos gratuitamente (o casi) y estando delante de ellos nos invitaron a hacer un discurso. El que iba conmigo se escabulló y me pasó la patata ardiendo. ¿Qué decir? Estaba bastante claro que el discurso que esperaban era: “vengan aquí a recibir cuidados médicos gratuitos, nosotros les cubrimos financieramente”. En cambio, lo que les dije (resumidamente) fue: “Dispensaire ezalí mwana ya binó, soki bokoleisa yangó té, ekokufa” (“el dispensario es vuestro hijo, si no lo alimentáis morirá”).

La iniciativa del dispensario fue de un hombre que había hecho los ejercicios espirituales con nosotros. No es que no vayamos a ayudarlo, pero si lo hacemos, será después de observar qué tal gestionan el dispensario, es decir, si saben organizarse para buscar la autofinanciación sin caer en la corrupción. Si les ayudamos será sobre todo comprando alguna máquina que implique una fuerte inversión o para ampliar las instalaciones (una habitación de 5x5 metros dividida en cuatro partes, donde se da a luz y donde incluso se realizan operaciones).

Entonces, ¿caña o pescado? Sobre todo lo primero, sin excluir lo segundo. Si a los pobres se les da todo gratuitamente, no van a valorar el dispensario como algo propio, que han de cuidar y sostener.

El domingo asistí a la ordenación diaconal de 19 seminaristas en la catedral. Otros hermanos asistieron a 12 ordenaciones (sacerdotales y diaconales) de religiosos oblatos. Que Dios les de la perseverancia, pues empezar es fácil, pero terminar no.

Ayer lunes nos enteramos de que, el ejercitante que habíamos visitado el viernes pasado, murió dos días después de nuestra visita (a los 29 años). Había tenido un accidente y un fuerte golpe en la cabeza. Cuando lo visitamos en su casa era como si tuviera alzhéimer, no nos reconocía. Especulamos que el hospital lo envió a casa (porque no tendría más dinero para pagar exámenes y medicamentos), diciéndole que iba a recuperarse, cuando en realidad lo enviaron para que se muriera. En todo caso, espero que, la coincidencia de nuestra visita con su muerte inmediatamente posterior, no lleve a los vecinos y a la familia a acusarnos de “sorciers” (brujos), cosa bastante corriente por aquí y que puede implicar consecuencias bastante negativas (niños expulsados de la casa de sus padres, ancianos abandonados, apeleamiento, etc).

R.I.P.

El domingo a las dos de la mañana han asesinado en nuestro barrio a un diputado nacional de la oposición, en concreto del partido M.L.C., cuya cabeza es Jean Pierre Bemba (actualmente entre las manos del Tribunal Penal Internacional, y principal opositor del presidente Joseph Kabila).

Se achaca la responsabilidad a dos militares de la Guardia Republicana (cuerpo de ejercito especialmente fiel al presidente, Joseph Kabila). Todos los diputados de M.L.C. han abandonado la Asamblea Nacional (el parlamento).

Ha habido un buen despliegue de soldados en el barrio (se ve que esperan represalias).

Todavía estamos en transición desde la oposición militar brutal a la oposición política democrática. ¿Hasta cuando?

UNOS EJERCICIOS ESPIRITUALES DIFERENTES

Acabamos de terminar unos ejercicios espirituales dados a un grupo de treinta representantes de la comisión de Caritas en las parroquias de la zona este. La novedad es que era un grupo mixto (normalmente sólo predicamos a los hombres).

Cuando se predica a mujeres siempre parece que la religión es lo más normal del mundo, pues con los hombres hay mucha más problematización y racionalización. Las mujeres se dan más fácilmente a la religión, aunque a veces esto es un problema, pues cambian de religión como de camiseta. A este grupo le ha costado más guardar el silencio, punto clave para favorecer la reflexión y la oración.

Me he dado cuenta de que, cada vez que hablo del tema de la oración de liberación y todo lo referido a ella, siempre hay alguna persona que aparece con algún problema de ese tipo (aunque a menudo hay sacar los demonios más de la imaginación que de otro lugar), pero también hay problemas reales. Se ve que los creyentes tienen miedo incluso de los curas, diáconos, religiosos, etc, pues entre este colectivo muchos no creen en los espíritus, o sólo teóricamente, y toman estas consultas por el lado burlesco y simplemente psicológico. Aunque aquí en el Congo no se da tanto este problema, pues la gente cree mucho (demasiado) en los espíritus; por eso la jerarquía de la Iglesia opta por insistir sobre todo en el aspecto de la responsabilidad personal, del trabajo y del esfuerzo personal, en el hecho de ser buenos ciudadanos… sino el mundo de los espíritus puede ser una evasión de la realidad y puede llevar a falsos análisis de la misma. Ni Dios, ni los ángeles, ni los demonios, van a asumir la responsabilidad que los ciudadanos de este país deben asumir para reconstruir todo aquello que la guerra y la corrupción ha destruido.

Ha sido muy interesante hablar con una anciano que había sido secretario del presidente Mobutu (y de algunos primeros ministros), pues me ha confirmado algunas cosas respecto a esta gran personalidad, cosas que eran vox populi (que andaba metido en brujería, fetiches, etc, para asegurar su poder –como hacen tantos políticos, sea dicho de paso-).

En fin, que siempre me enriquece el contacto con la perspectiva femenina de la espiritualidad y de la religión.

Hacia finales de año empezaremos a dar los ejercicios espirituales para las esposas de nuestros ejercitantes (para que la pareja pueda compartir la misma experiencia espiritual y ésta sea vínculo de unión y no de separación).